MI SOLEDAD 14…
Jamás
pensé sentirme así, lo habré imaginado tal vez, o puedo haberlo supuesto, pero
la sensación es tan profunda que por más que se desee no se puede imaginar.
Ésta
congoja que ahoga y no me deja pensar, hablo en silencio contigo e imagino tus
respuestas, maldigo tu muerte y no me resigno a aceptar lo que pasó, maldigo tu
muerte y lo que ello conlleva, odio vivir de esta manera, mas el remedio no
existe y no se si lo quisiera, pues temo vivir sin ti, sin el recuerdo de ti y
si el tiempo al pasar curase este mal que hoy tengo, esta falta de tu
presencia, quizás entonces sea peor, pues perdería también tu ausencia y el
dolor de no tenerte, ya no tendría más nada
No sé
si es a tu muerte que odio, o a la poca fe que tuviste en mi, pudiste haberte animado
a envejecer conmigo, acompañarme en mi decadencia en vez de abandonarme
enteramente a mi suerte, si te dolían los años que viviste a mi lado, o le
temías a aquellos que quedaban por vivir, me lo hubieras comentado, tal vez
hubiéramos hallado una salida a ese mal, sin ese paso fatal que decidiste tomar
entregándote a la muerte en esa forma demente sin siquiera pestañar.
Sabrá
Dios en que pensabas al tomar ese camino, que demonio se introdujo en tu mente
perturbada, sabrá Dios en quien pensabas cuando tu vida truncabas destruyendo
todo aquello que supimos construir, como todos esos sueños que tuvimos una vez, como madurar de la mano
y ver el jardín crecer y los hijos de nuestros hijos que son huellas del ayer.
No
borraste lo vivido al salirte del camino, no apagaste con tu muerte el fuego de
aquellos años, ni la pasión que vivimos en treinta años de historia, me
arrebataste el mañana que solíamos tener, escribiendo un nuevo reglón en el
libro de la historia, nefasto y negro reglón que marcará mi futuro, donde ya no
estarás par ver lo que has causado.
No
verás jamás las lágrimas que por ti se derramaron, ni verás la pena enorme que
le has hecho padecer, a tus hijos, a tus nietos, a tu madre y tus hermanos, a
todo aquel que sentía que eras parte de sus cosas
No
sabrás jamás el daño que le has hecho a tanta gente, jamás sabrás del dolor que
me has hecho padecer, dolor por ya no tenerte, dolor por la muerte misma, dolor
por el desengaño, por creer por tantos años que me sabías querer.
Yo no
prometo olvidarte, ni tampoco recordarte, no sé si he de perdonarte, tampoco si
te odiaré, tal vez sí, lloraré porque no estás a mi lado, mas no por haberte
muerto, sino porque me has dejado.
Siento
mis manos vacías, mi alma y mi corazón
totalmente destrozados, siento frío aquí en el pecho, una enorme desazón, no
tengo ganas de nada, mas quisiera hacer muchas cosas, quisiera llegar a odiarte
mas no creo que pudiera, no creo querer si pudiera, recuperar tu presencia, que
volvieras a mi lado después de lo que me has hecho.
Que
Dios perdone el pecado que cometiste ese día, que Dios si hay otra vida te
ponga lejos de mí, pues no podría otra vez llorar por esa traición, llorar por
esa razón, por tanta desilusión se moriría mi alma y ya no podría querer ni a mis propios sentimientos.
Quizás,
haya una razón que aún yo no imagino,
tal vez sea el destino, se suman tantos tal vez, que al fin de tanto estar solo
se llene mi soledad.
Julio Madriaga