TEMO
23
Mi piel se regocija cuando tu piel se
aproxima, mis lastimados sentidos te detectan cuando estás, te sueño hasta despierto
y me deleito con ello y hasta te siento conmigo cuando estás lejos de mí.
No es locura ni pasión, no sé ni cómo
nombrarlo, es sed de ti, es nostalgia, un sentimiento confuso, creo que te
necesito para no desesperar, es un gracias a la vida por tenerte aquí a mi lado,
es miedo a la soledad, es evitar mi locura, es deseo de quererte, como jamás
supe amar, es deseo de olvidar las heridas
del pasado.
Me encontraste malherido a la vera del
camino, sangrando por las heridas y me he aferrado a tu ser, fuiste la soga que
así, para salir del abismo, el elixir que bebí para sanar mis heridas, tus
brazos me cobijaron para no morir de frío, mis horas llenas de hastío, fueron
tomadas por ti y me dieron la razón de no dejarme morir.
Siento que debo quererte y siento
temor de no hacerlo, siento que temo quererte pues temo poder perderte y volver
así al abismo de donde me rescataste.
Necesito de tus besos, tu calor y tus
caricias, tus noches plenas de amor y tus constantes “te quiero”, temo que
moriría si me dijeras adiós, temo que
moriría si te dejara de ver.
No sé al fin si te amo, o amo lo que
me das, no sé si te quiero tanto como cuanto te necesito, pues las heridas
abiertas me duelen cuando no estás y se vuelven a sanar cuando tu estás a mi
lado.
Quisiera haberte encontrado tal vez en
otros caminos, en otro lugar del tiempo, cuando buscaba un destino, cuando
creía en la vida, en la justicia divina, en el amor, en las cosas, que hacen
posible soñar, para poderte entregar mi corazón sin dudar, para poderte
entregar lo que mereces tener.
Mas hoy, con tantos temores, conque te
entrego mi alma, siento que soy injusto, contigo y lo que me das, quisiera
poder amarte porque tu vida me diste, el tiempo será testigo de lo que pueda
pasar, quizás yo te pueda amar como es mi deseo hacerlo, quizás ya te
estoy queriendo sin lograr entenderlo.
Hoy por hoy te necesito como el aire
que respiro, es tanta mi ansiedad que temo por nuestra suerte, le temo tanto al
quererte como le temo al perderte, temo en cualquier esquina encontrarme con tu
pasado y a ese pasado mío que me causó las heridas, ese que me ha dejado el
corazón en pedazos, o ese que te encamine a entregarte a otros brazos
Amo lo que me das cuando me miro en
tus ojos, mas temo que en otros ojos te mires alguna vez, porque no supe
entregarte mi corazón de una pieza, tan solo aquellos pedazos que recogiste del
suelo y que con tanta ternura intentaste rescatar.
Ojalá te pueda amar si es que ya no te
quiero, ojalá pueda tener otra vez mi alma entera, para dártela sin miedo a que
rompas lo que queda.
Julio Madriaga